Además de sus contraseñas, escaneos de huellas dactilares y tecnología de reconocimiento facial, las cerraduras casi definen la vida cotidiana contemporánea.
Desde salir de su casa hasta encender el motor de su automóvil y acceder a los cuartos restringidos de su elegante edificio de oficinas, la relación entre una llave y un ojo de cerradura es muy evidente.
Los sistemas de seguridad físicos y electrónicos [o automáticos] se han convertido en el pilar de la seguridad y la privacidad actuales.